Hoy, el Parlamento Europeo ha votado una propuesta para que en toda la UE se grave a los gigantes tecnológicos. Las grandes empresas multinacionales de tecnología suelen un tipo efectivo medio muy inferior al del resto de empresas (a menudo por debajo del 10% de impuesto de sociedades), y con frecuencia utilizan técnicas de transferencia de beneficios para reducir el pago de impuestos.
La semana pasada, fracasaron las conversaciones entre los ministros de Hacienda de la Unión Europea sobre las propuestas de la Comisión relativas a un “impuesto sobre los servicios digitales”. Una intervención de última hora de Francia y Alemania intentó salvar un acuerdo que sólo gravaría a los tres mayores gigantes de la tecnología, una propuesta mucho menos ambiciosa que el impuesto original sobre los servicios digitales, y que se debatirá en la próxima reunión del ECOFIN.
El Grupo Verdes/ALE lleva mucho tiempo pidiendo que empresas como Google, Amazon, Facebook y Apple paguen lo que les corresponde en los países en los que operan y en los que generan ingresos. Dada la falta de progresos en el Consejo por parte de los Estados miembros de la UE, el Grupo Verdes/ALE también había solicitado que la Comisión reiniciara el procedimiento legislativo sobre la propuesta, lo que garantizaría que el Parlamento tenga poderes de codecisión y se requiera únicamente una mayoría en el Consejo, y no la unanimidad.
Ernest Urtasun, eurodiputado del grupo Verdes/ALE y portavoz de Catalunya en Comú, ha comentado:
“Si en una materia tiene sentido disponer de normas conjuntas en la Unión es precisamente en la fiscalidad digital, por la naturaleza multinacional de las operaciones de estas empresas tecnológicas. Es hora de que en toda la UE los gigantes de la tecnología paguen lo que les corresponde. Estas empresas, que forman parte cada vez más de nuestra vida cotidiana, desde cómo consumimos contenidos y bienes hasta cómo nos comunicamos, deben ser tratadas como contribuyentes de manera igualitaria con respecto al resto de la sociedad. La propuesta franco-alemana fue un fracaso y demostró la falta de ambición que tienen París y Berlin ante una de las injusticias fiscales más importantes en Europa”.
“Muchos gobiernos europeos parecen tan desesperados por complacer a los ejecutivos de Seattle y Silicon Valley que no son capaces de llegar a un acuerdo ni siquiera sobre lo esencial de un impuesto digital. Pero la ciudadanía pretende que sus políticos tengan el valor de hacer frente a estas poderosas corporaciones globales. Después de meses de reuniones y debates al respecto, es inaceptable que el Consejo no pueda encontrar una posición común y siga intentando debilitar lo que está encima de la mesa. Es hora de que las cuestiones fiscales se traten como legislación ordinaria de la UE y se voten por mayoría, en lugar de dejar que veten el progreso uno o dos gobiernos con fuertes intereses en complacer a las empresas tecnológicas poniéndolos por encima de los intereses de la ciudadanía europea “.
“En este sentido, el resto de gobiernos deberían tomar nota del acuerdo que alcanzaron Podemos y el gobierno Sánchez, donde se pactó la creación de este impuesto digital. Actualmente está en trámite parlamentario cosa que demuestra que con voluntad política es posible sacarlo adelante y además tiene todo el sentido hacerlo a nivel de la UE.”