“La política monetaria del BCE será más ecológica y estará más alineada con la experiencia diaria de los ciudadanos europeos. El objetivo de inflación simétrica no es la gran noticia de hoy. El objetivo apenas ha cambiado. Además, el nuevo objetivo de inflación calibrado es considerablemente más bajo que la inflación alcanzada por el viejo Bundesbank. No hay razón para creer que el BCE dejará de actuar si la presión inflacionaria relevante se materializa en el mundo real y no en la mente de observadores demasiado nerviosos.
Es de sentido común que el BCE deje de hacer la vista gorda ante la explosión de los precios de la vivienda en toda Europa. El 70% de los europeos vive en propiedad. Su coste de vida ha sido ignorado hasta ahora en las cifras oficiales de inflación. Esto amenazaba con crear una desconexión entre la comunicación del BCE y la experiencia diaria de los ciudadanos europeos. Por ello, los Verdes hemos pedido que se integre la vivienda en propiedad en la medición de la inflación. En el futuro, las cifras de la inflación reflejarán mejor las condiciones de vida de los ciudadanos europeos.
Es muy positivo que el BCE aborde la cuestión de las calificaciones crediticias que subestiman los riesgos medioambientales. Hasta el día de hoy, incluso los mayores contaminantes con modelos de negocio monolíticos totalmente basados en los combustibles fósiles siguen recibiendo calificaciones crediticias positivas. Tomando en serio los objetivos de París y el Green Deal de la UE, los instrumentos financieros de estas empresas ya no deberían ser elegibles para la colocación de garantías y la compra de activos según las normas del BCE. El BCE debe compensar este fallo del mercado de calificación y desafiar a las grandes agencias de calificación con sus propias evaluaciones.”