Artículo publicado en El País.
Aún restan unos meses para los próximos comicios europeos, pero Ska Keller, de 36 años y nacida en Brandeburgo (Alemania), cree que la carrera hacia esa cita electoral, que se dirime entre “quienes defienden las fronteras” y los que aspiran a “construir una nueva Europa”, ya ha comenzado. Tras participar junto a un grupo de activistas en un encuentro sobre política y ecología, organizado por el centro cultural La Casa Encendida, en Madrid, la líder del Partido Verde Europeo cambia de tercio y centra su discurso en la inmigración y en el aumento del apoyo de la ultraderecha en Europa. Keller, que fue cabeza de cartel en las elecciones europeas de 2015 y espera ser ratificada como candidata en noviembre, descarga la responsabilidad de frenar a las formaciones ultras en los partidos conservadores europeos. “Deben hacer el esfuerzo de diferenciarse de la extrema derecha”, resume. La política alemana no lo percibe así y acusa a la derecha europea de titubeos con los extremistas y de ser en ocasiones “indistinguible” de ellos.
La posible connivencia de conservadores europeos hacia la ultraderecha, defiende Keller, se pondrá a examen este miércoles, en el debate sobre el actual estado de la democracia en Hungría. Es el primer paso para iniciar un procedimiento sancionador al Gobierno de Viktor Orbán, primer ministro del país, cuyo partido, Fidesz, ultraderechista, comparte grupo con los partidos populares europeos. “Es una votación entre fronteras o democracia”, señala Keller. Para la líder verde, la sesión de este miércoles pone a los compañeros de grupo de Orbán en la disyuntiva de “apoyar a un socio” o “defender los valores de la Unión”. Y advierte a los parlamentarios conservadores de que no hay un punto intermedio.
La posible abstención de los compañeros de bancada de Orbán, sostiene la líder de los verdes, podría favorecer a un candidato conservador en la carrera a presidir la Comisión Europea: los conservadores europeos ahorrarían a Orbán un tirón de orejas ahora para asegurar su apoyo dentro de unos meses. A este respecto, Keller recuerda que Manfred Weber, aspirante de los populares europeos, “ha anunciado que no excluye el apoyo de los partidos de Orbán o [el ministro de Interior italiano] Salvini para presidir la Comisión”. Y cree que si esto finalmente ocurre, los grupos en el Parlamento europeo deberían “emplear su poder” y no apoyar a un candidato conservador que tratara de ser presidente. En la votación que permitió investir en 2014 a Jean-Claude Juncker, el luxemburgués requirió el apoyo de socialdemócratas y liberales para hacerse con la presidencia de la Comisión.
Devoluciones en caliente
La eurodiputada verde no solo se muestra crítica con la derecha sino también con la izquierda, en este caso, la que gobierna España. Keller admite que la decisión del presidente Sánchez de acoger en junio a los más de 600 migrantes del Aquarius “hizo pensar que España iba a responder a la llegada de migrantes de una forma distinta a como lo había hecho bajo el Gobierno de Rajoy”. Sin embargo, Keller, que da por sentado que el Ejecutivo español ha practicado devoluciones en caliente en Ceuta, considera que la devolución en agosto de 116 subsaharianos ha causado “una decepción total” entre las formaciones que representan a la izquierda europea.
La política alemana acompañó en La Casa Encendida a Ernest Urtasun, de Iniciativa per Cataluña Verds. Precisamente sobre Cataluña, la líder verde opina que la solución al encaje de esta comunidad en España debe ser “política”. Cree que el Gobierno de Sánchez aún no ha mostrado su proyecto en este ámbito, y señala al expresidente Rajoy como principal responsable de la “escalada en el conflicto”. Keller, que fue crítica en la Eurocámara ante los episodios de “violencia y represión policial” del referéndum ilegal del 1-O, es partidaria de una consulta pactada y defiende que una Cataluña independiente podría integrarse en la Unión Europea.