El Parlamento Europeo está fijando estos días su posición respecto el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, los fondos europeos de recuperación frente a la crisis provocada por el COVID-19, de cara a empezar las negociaciones con el Consejo en el próximo mes. Desde el comité de igualdad de género, el grupo Verdes/ALE ha presentado enmiendas para pedir que los planes de recuperación y resiliencia que los diferentes gobiernos presentarán para acceder a los fondos europeos incluya una estrategia con medidas dirigidas exclusivamente a paliar el impacto de género de la crisis del COVID-19, así como una evaluación de impacto de género del conjunto de medidas del plan [1].
Ernest Urtasun, eurodiputado de Catalunya en Comú y vicepresidente del grupo Verdes/ALE en el Parlamento Europeo, ha comentado:
“La crisis del COVID-19 está tenido un fuerte impacto de género, eso es innegable. Por eso hemos exigido que el reglamento europeo del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia obligue a que los planes nacionales que los gobiernos deben presentar para acceder a los fondos, incluyan un plan nacional de igualdad, así como una evaluación de impacto de género de la propuesta en su conjunto. Estos planes nacionales de igualdad de género deben garantizar medidas concretas contra los efectos negativos de la crisis del COVID-19: se deberá promover la creación de empleo para las mujeres, la reducción de la brecha salarial y medidas para prevenir y combatir la violencia machista.
Las tareas de cuidados y la economía reproductiva siguen recayendo mayoritariamente en las mujeres, que asumen mayor carga de trabajo en el hogar y del cuidado de menores, sobre todo con el cierre de escuelas y parvularios. El sector médico y farmacéutico, fuertemente sobrecargado como consecuencia de la crisis sanitaria, está totalmente feminizado con alrededor de un 70% de mujeres trabajando en el conjunto de esos sectores. El turismo, uno de los ámbitos económicos que han tenido una caída más dramática de la actividad, concentra trabajadoras en situación de vulnerabilidad y precariedad, como son las trabajadoras en la limpieza de hoteles. También debemos lamentar el incremento de la violencia machista por el confinamiento, este hecho es gravísimo y requiere de una respuesta urgente.
Además, corremos el riesgo de que algunos gobiernos tengan la tentación de concentrar los fondos en sectores económicos tradicionales más masculinizados y seguir reforzando una economía del pasado. Debemos aprender de los errores de planes de inversión anteriores, las inversiones deben ser estratégicas, debemos reforzar la sostenibilidad social y ambiental y utilizar los fondos para asentar los bases del modelo económico que queremos en el futuro. La economía reproductiva y los cuidados deben tener una posición central en este nuevo económico.”
[1] Consulta el borrador de las enmiendas registradas aquí