Artículo publicado en La Vanguardia, firmado por Jaume Bosch, Ponente del Estatut de 2006, y Ernest Urtasun, eurodiputado del grupo Verdes/ALE y portavoz de Catalunya en Comú.
Catalunya y España afrontan uno de sus momentos más difíciles desde la promulgación de la Constitución del 78. La crisis política de la relación entre Catalunya y el resto del Estado español está generado unos costes altísimos para la ciudadanía.
Por un lado en Catalunya donde, después de que el Tribunal Constitucional rompiese el pacto del 78 con su sentencia del 2010 sobre el Estatut votado por el pueblo catalán, el unilateralismo ha llevado al país hacia un callejón sin salida, con un riesgo de fractura social (avivada también por Ciudadanos), en una huida hacia delante donde los únicos resultados han sido la pérdida de las propias instituciones y el sufrimiento de muchas personas y familias a raíz del encarcelamiento de líderes independentistas y miembros del Govern de la Generalitat. Se hizo una DUI de espaldas a la mayoría de los catalanes y catalanas, y no se quiso valorar la capacidad de respuesta del Estado ni el contexto europeo e internacional. Pero el desgaste es también para el conjunto de España: la nula propuesta política por parte del Gobierno Rajoy primero, y después su respuesta represiva, han supuesto un altísimo desprestigio institucional y un indudable coste en términos de imagen exterior; la aplicación del artículo 155, recurrido ante el Tribunal Constitucional por el Parlament y por Unidos Podemos, nos ha alejado de una solución.