Articulo publicado en Infolibre.es, firmado por Tania González, eurodiputada de Podemos y vicepresidenta del grupo de la Izquierda Unitaria Europea, y Ernest Urtasun, eurodiputado del grupo Verdes/ALE y portavoz de Catalunya en Comú.
A un año de su presentación por parte de la Comisión Europea, la tramitación parlamentaria de la directiva sobre la conciliación entre la vida familiar y la vida profesional de los progenitores y cuidadores está encontrando grandes resistencias entre el sector privado y algunos gobiernos nacionales.
Reemplazando la norma vigente desde 2010, esta propuesta representa el primer texto legislativo relevante con contenido social desde el inicio de la crisis y la implantación de las recetas fracasadas de austeridad, que han generado más desigualdad y recortes de derechos sociales.
Apadrinada en 2015 a bombo y platillo por Jean-Claude Juncker como una de las principales propuestas de un Pilar Europeo de Derechos Sociales, hasta hoy vacío de contenido, persigue regular los permisos de paternidad, los permisos parentales (que se corresponden con la excedencia en nuestra legislación nacional), permisos por cuidados para personas enfermas o dependientes y fórmulas de trabajo flexibles.
Una propuesta de mínimos…
La propuesta presentada ya era en sí mismo un texto de mínimos. Sus carencias hunden sus raíces en dos aspectos: por un lado, la forma como ha sido concebida y diseñada; por otro, su falta de ambición.
En cuanto a lo primero, nos parece del todo irracional que el paquete de conciliación no haya incluido la revisión de la directiva de maternidad. De esta forma, dificulta la creación de un sistema coherente, deja los permisos de maternidad como un elemento sólo relacionado con la salud de la madre y se pierde una enorme oportunidad de introducir un diseño legislativo progresista y de corresponsabilidad que garantice permisos iguales e intransferibles.
En segundo lugar, estamos ante una directiva que establece un nivel escuálido de pago de estos permisos: en el umbral de la baja por enfermedad. La disparidad de porcentajes en el pago de la baja por enfermedad entre los diferentes Estados miembros (que oscila del 100% al 0%) ya introduce un grave problema de desigualdad de derechos entre ciudadanos europeos.
Además, el diseño puede conllevar al mantenimiento y profundización de los roles y estereotipos de género, siendo sobre todo las mujeres quienes terminan cogiendo estos permisos, ya que todos los estudios académicos y de las propias instituciones europeas reconocen que para los hombres usen estos permisos hace falta que estén pagados por encima del 80%.
…que estamos tratando de mejorar en el trámite parlamentario
Por eso, hemos introducido enmiendas a la directiva que proponen que los permisos parentales y por cuidados de la nueva directiva de conciliación se paguen al 100% en todos los Estados miembros y no sean transferibles.
Hemos propuesto también una refundición de la directiva de permisos de maternidad para poder hacer más adelante un paquete coherente. Además, consideramos como elemento clave e indispensable de esta propuesta la introducción de un permiso de paternidad obligatorio y pagado al 100% a nivel europeo.
Creemos que esta directiva sólo tendrá un verdadero impacto si se introduce el elemento de obligatoriedad de los permisos de paternidad ya que será un primer paso esencial para motivar el cambio de actitudes de los hombres respecto a las tareas de cuidado.
Sólo cuando los hombres asuman el mismo nivel de responsabilidades que las mujeres en el cuidado de las hijas y los hijos, las personas mayores o dependientes lograremos acabar con la división sexual de trabajo y empezaremos a construir sociedades igualitarias de verdad.
La batalla se librará con los gobiernos que tratan de bloquear la reforma
Creemos que la posición del Parlamento Europeo de nuevo será más ambiciosa y progresista que la de la Comisión Europea, pero otra vez, ya se prevé que el verdadero campo de batalla será en el seno del Consejo. Los países centroeuropeos del grupo de Visegrado ya están poniendo problemas alegando que la propuesta conlleva grandes costes económicos, mientras Estados como Francia o Alemania (lejos de dar apoyo a la propuesta) ya se están planteando rebajar aún más el nivel de pago de los permisos propuestos por la Comisión.
Por ello, hay que empezar desde ahora a dar la batalla para evitar que los intereses empresariales y los de algunos Estados se impongan a las propuestas del Parlamento Europeo, de la Comisión, así como a la promoción de igualdad de género y de los derechos laborales, de conciliación y de bienestar de las madres, los padres y las personas cuidadoras.
Si esta propuesta se frustra de nuevo, provocará que el anunciado a bombo y platillo Pilar Social Europeo nazca muerto. Reclamamos, por lo tanto, más ambición y compromiso de los Estados y que dejen de bloquear la agenda social.
Ante el preocupante crecimiento de la extrema derecha en Europa y de la crisis social que vivimos debemos impulsar una verdadera agenda social que revierta la tendencia a la austeridad haciendo frente de una vez a los más de 20 millones de parados, a los 17,3% de pobres que viven en nuestro continente y a la creciente precariedad y pérdida de derechos sociales.
Ya pasó el momento de los anuncios de intenciones y de los brindis al sol: toca aprobar medidas valientes y ambiciosas.