Esta semana ha visitado el pleno del Parlamento Europeo el primer ministro de Portugal, Antonio Costa. Una visita muy esperada por el buen andar de la economía portuguesa.
Portugal es un ejemplo de como un gobierno de izquierdas con un programa de izquierdas, puede conseguir que la economía de un país funcione acabando con la austeridad y recuperando políticas sociales.
El PIB real portugués crece hoy por encima del 2%, crece el consumo privado, crece la inversión pública y se ha reducido el porcentaje de deuda sobre el PIB. El déficit se ha reducido al 2,7%, por debajo del 3% exigido por la Comisión Europea lo que ha permitido a Portugal abandonar el Procedimiento por Déficit Excesivo.
Especialmente positivos son los datos de creación de empleo, dejando el paro por debajo del 9% y con descensos muy importantes en el paro de larga duración y el desempleo juvenil.
Bajo la troika, el gobierno portugués había suspendido la norma de actualización automática de las pensiones en función de la inflación. Sin embargo, el gobierno de Antonio Costa recuperó la norma de revalorización automática, algo que en España por ejemplo el gobierno de Mariano Rajoy y Ciudadanos se niegan a hacer. Todo ello, mejorando también las pensiones más elevadas al eliminar la Contribuição Extraordinária de Solidariedade. Todos los expertos coinciden que el sistema de pensiones portugués es más sostenible hoy que el español en estos momentos.
Portugal también ha incrementado recientemente el salario mínimo situándolo en 580 euros al mes, contra el criterio de la Comisión Europea por cierto que rechazaba la medida, siendo la tercera subida desde 2014, con un aumento total del 14.2% en los últimos años. Si bien un salario mínimo de 580 euros al mes sigue siendo muy bajo hay un esfuerzo notable para aumentarlo.
El Gobierno de Antonio Costa ha revertido privatizaciones en el sector del transporte público tal y como se comprometió en su programa electoral y se han revertido muchas de las medidas de la austeridad en el sector público, restaurado una jornada laboral de 35 horas semanales para empleados públicos así como sus salarios. También se ha reducido el número de colegios concertados, optando por la inversión en la red pública.
Todo ello es una gran lección para Europa. Demuestra que hay otra forma de hacer las cosas al margen de la receta de la austeridad y pérdida de derechos sociales que parecía ser la única válida para la Comisión Europea a lo largo de estos años. En España, donde se ha ignorado cualquier alternativa a esta lógica, hay una recuperación en precario y con enorme sufrimiento social.
Portugal nos demuestra que se puede salir de la crisis con más derechos, mejores pensiones, más igualdad y reforzando el estado de bienestar.